Todos los días nos cruzamos con cientos de perros por la calle (Chaw- Chaw, Golden Retrievers, Labradores, Setters, Chiwawas, Pastores Alemanes…) y por cuestiones de naturaleza animal (porque hay que admitir y admito que no son personas, son animales; aunque yo soy la primera en tratar al mío como si fuera una personita) les vemos orinar por la calle, olisquear los orines del resto de los de su especie y algo que supone el sumun para los perros ”marcar el territorio”. Yo este acto lo veo como cuando en 1969, Neil A. Armstrong colocó la bandera de Estados Unidos en la Luna, “aquí he estado yo!!!”. Otra característica de los perros es que lo suyo es suyo, pero el resto de cosas se pueden compartir. Pueden tener su pelota favorita, pero como vean que tú tienes un simple papel en la mano lo quieren, ese papel se convierte en su obsesión y hasta que no lo consiguen o desaparece no necesitan la pelota; así que accedes a su petición y tú coges la pelota, a partir de ese momento ya no quieren el papel vuelven a querer la pelota!!!.
Bueno, pues estos días que compartido espacio con una perro-persona, esas que marcan territorio, sus cosas son sólo suyas y quieren arrebatarte las tuyas… De un perro se puede “entender”, pero de un humano que se supone que tiene dos dedos de frente…
Las acciones se desarrollan de maneras distintas, está claro que no van orinando por la calle pero con sus actos, miradas, prepotencia… marcan, pero está claro que no marcan tanto como creen; ese rastro tiene una duración de unos dos- tres días, máximo una semana. Aunque ese breve período de tiempo puede hacer que la vida cambie, que las cosas nunca vuelvan a ser lo mismo, que su territorio marcado pierda algo que realmente le gustaba, que siempre tenía ahí, que le ayudaba….
Por eso hay que tener mucho cuidado con los marcajes, porque pueden traer consecuencias muy malas en el futuro.
2 comentarios:
hola guapa, que tal el finde...?
Bien, el sábado de cenita tranki y ayer en casita... Te veo hoy??. MUAK
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