Así me llama desde hace más de cinco años mi amiga Sara Agos (Export Manager de Bodegas Riojanas - por cierto un vino delicioso, os recomiendo el Viña Albina Blanco Fermentado en Barrica-); me conoce tan bien que hay veces que me da miedo…
El caso es que tiene toda la razón al llamarme así, porque lo que se dice bien, bien, no tengo la cabeza. Muchos días tengo que volver a casa porque no recuerdo haber apagado las planchas del pelo; otras veces quedo con alguien y no recuerdo la hora o el lugar; luego, me pongo a llamar a una persona y de repente la mente se me queda en blanco y no tengo ni la más remota idea de a quién estoy llamando; para seguir, de tres cosas que tengo que hacer, se me olvidan dos; y así podría estar siglos y siglos…
Pero el problema más grave lo tengo con las tarjetas. Me da igual que sean las de crédito o la de acceso al periódico, siempre las pierdo y esta semana he hecho doblete.
El lunes al cambiar las cosas de cartera me di cuenta de que me faltaba una de las tarjetas de crédito, me puse a buscar en uno, dos, tres, cuatro bolsos. Al quinto desistí y mi pregunta fue: “¿Cuándo has visto por última vez la tarjeta?” y la respuesta saltó sola: “No tengo ni la más remota idea…”. Al final voy a lo fácil, llamo al banco, anulo la tarjeta y pido una nueva. En Caja Rioja ya se ríen, llevo 4 este año!!; entre la que se tragó el cajero -menuda noche Cosita!!!-, las dos que se me rallaron y ésta supuestamente perdida… (digo supuestamente, porque la he encontrado esta tarde en el bolsillo de una cazadora!!!).
El martes, para continuar mi racha de tarjetas, mi querido Boris a mi llegada a primerísima hora de la mañana a Diario La Rioja me tenía preparado un regalo; pero no un regalo normal, era un regalo envenenado, una tarjeta de acceso!!!!. Esa tarjeta duró en mi poder unas 24 horas, no mucho más; habéis visto vosotros la tarjeta???, porque yo no!!!. Pero tranquilos, también ha aparecido. Ese momento histórico ha ocurrido esta mañana cuando se me caído todo lo que tenía dentro del bolso por la habitación y la dichosa tarjetita blanca ha saltado; ahí estaba ella, mirándome desafiante como diciendo: “Pensabas que me habías perdido eh???”. . .
Vamos, que creo que la cabeza la tengo un poco echada a perder y la memoria de pez se está apoderando de mí…
Los niños que nunca se sintieron especiales a menudo muestran estos siete
comportamientos siendo adultos, según la psicología
-
[image: Los niños que nunca se sintieron especiales a menudo muestran estos
siete comportamientos siendo adultos, según la psicología]
La infancia, y to...
Hace 6 horas
5 comentarios:
Jajajajaja... Tus historias se parecen mucho a las mias. Leo me llama Dori (como el pez de Buscando a Nemo que tiene una memoria de dos segundos). Pero esa 'cabecita loca' nos hace ser todavía más especiales. Así que ¡arriba la demencia precoz!
Un besito
Cabecita loca... BESO S.
La cabeza la pierdes todos los días, pero con estilo. Esta semana cena, si puedes claro, porque la pasada con el curro y tu sabrás qué más no se te ha visto el pelo. XX
Mi tarjeta del periodico a lo mejor está con la tuya... tipo Pancho el de la lotería, porque hace que no la veo como dos meses...
Y las de crédito, ya van tres que me dejo en el cajero...
Gloria,tienes razón somos especialez; pero los hay peores tengo un post en mente...
S., lo sé, lo sé; pero...
Chi.., cosas, cosas; pero mañana cenita, llevo una botella de blanquito. Estilo nunca me falta, pero me gustaría sentar un poco la cabeza...
Leydelmal, está claro que lo hacemos como obra social para que los fabricantes de tarjetas tengas trabajo...
MUAK, MUAK, MUAK, MUAK
Publicar un comentario