NEURONAS

Tras una tarde en la que mi cerebro se ha convertido en hormigón armado por la falta de inspiración a la hora de realizar una presentación, he decidido despejarme y como diría Carla, he pecado…

Mi intención era dejar de provocar la llegada de la tan necesaria inspiración viendo unos trapitos antes de encerrarme en casa para acabar el trabajo… Finalmente, he caído en la trampa llamada ”rebajas” y me he probado algo que desde mi punto de vista era un vestido largo palabra de honor, pero que en realidad ha resultado ser una falda larga (Inés, no te rías...)… Tras desestimar su compra, por motivos evidentes, me he inclinado por algo más de mi estilo: un vestidito de punto en beis, que con un cinturoncito y tacones va a quedar de lo más mono, a la par que fresquito para mi verano de currela… (mañana lo estreno…).

Total que he llegado a casa con la inspiración perdida, pero mi fondo de armario más profundo aún… Me he encerrado en la habitación y la cama se ha convertido en el centro de operaciones: botella de agua, sándwich de jamón y queso, ordenador, dos carpetas, documentación, propuestas antiguas, cuaderno de apuntes y boli (con el que por supuesto he pintado, sin querer, la colcha).


Y ahora, siete horas más tarde, sigo con la dichosa presentación prácticamente en blanco… Pero he cenado, estoy actualizando el blog, he cambiado la fotito del perfil de facebook, he echado un vistazo a la Telva de agosto, he leído un par de capítulos de “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, he escuchado toda la discografía de Jason Mraz y hasta me he quedado dormida tres horas y media con todas las luces de la habitación…

Ufffffffff Espero que mañana o mejor dicho, dentro de un rato, mis amadas neuronas decidan quedar en la biblioteca ubicada en el tronco cerebral, en lugar de seguir de farra por algún garito chungo del hemisferio derecho…