Unas gafas de sol por favor!!!

Lo cierto es que el tiempo pasa volando y parece mentira que haya aguantado cinco años con dos triste bombillas colgando del techo del baño de mi habitación… “En casa del herrero cuchillo de palo…”, a las pruebas me remito…

Eso sí, en estos años la evolución ha sido clara. En un primer momentos los chispas me dejaron de obra las dos bombillas (todo un lujo porque nunca dejan bombillas), a los tres años me hicieron los agujeros para colocar los focos (lo que supone una harinera), estas navidades opté por el chantaje con mi hermano: “quieres mi cesta de navidad del peri??, pues toma y me colocas los focos del baño” (total que mucho chantaje, mucho “vale niña” y nada…), hasta que hace un mes me encontré en la puerta de casa una bolsa con los mecanismo y como yo tenía cable en el garaje veía que esto se acercaba…

Y sí señor, el gran momento llegó y con él dos de los electricistas de mi padre; a los que compartí con mi hermano (El Lucecitas, porque su casa es un festival de luz, se aburre y empieza a picar la pared para colocar nuevos puntos de luz…).

Así que por fin tengo luz en mi baño, por fin no me voy a tener que maquillar prácticamente a oscuras, por fin han desaparecido los cables del techo… Lo único es que ahora me tengo que acostumbrar a tanta luz, porque qué locura cuando enciendo las luces por la mañana, con el ojillo todavía pegado… “Unas gafas de sol por favor!!!”.

P.D.: Ya que tenía a los chispas en Middle Town les pedí alguna chapucilla extra (colgar la tele del cuarto y comprobar la antena, colocarme la manilla de la puerta de entrada, instalar un plafón en la bodeguita, un sensor de presencia…)…